La Sierra de Ancasti está ubicada al sudoeste de la provincia de Catamarca. Su parte más elevada se encuentra cerca de los 2000 msnm., descendiendo suavemente hacia el este, donde se llega hasta la zona de salinas ubicada en el norte de Córdoba y sur de Santiago del Estero [4]. En las cumbres cubiertas de pajonales se absorbe el agua de lluvia que luego drena en diferentes vertientes y arroyos que surcan el paisaje serrano, rodeado de bosques nativos, en los que conviven gran cantidad de especies animales y vegetales silvestres. El lugar se destaca por su estado de conservación ecológica ya que por el momento no se registran actividades contaminantes de gran envergadura. Las actividades económicas principales son la ganadería, la agricultura y el turismo, las cuales forman parte de una diversidad de estrategias que llevan adelante los pobladores locales para garantizar su subsistencia. Se puede resaltar también la recolección de frutos silvestres para la elaboración de arropes y dulces, quesillos y la fabricación de artesanías, en lana, cerámica y cuero, además de la producción de miel y otros derivados de la colmena. El mantenimiento de las condiciones ambientales es fundamental para la continuidad de dichas actividades [1].
En el año 2017 la empresa Latin Resources (Recursos Latinos) lleva a cabo la etapa de exploración de subsuelo del “Proyecto Ancasti”, de extracción de litio en pegmatita, en diferentes zonas de la sierra de Ancasti [2]. Por un lado en el departamento Ancasti; en las localidades de Santa Gertrudis e Ipizca, y por otro lado en el departamento El Alto, en la localidad de Vilismán. Los sitios explorados se corresponden con antiguas minas de espodumeno, donde a mediados del siglo veinte se hacía extracción de mica, berilo, cuarzo y otros minerales, de forma semi artesanal [4].
Al enterarse del avance de los proyectos mineros en la zona, las y los vecinos preocupados comienzan a organizarse para investigar la situación y pedir explicaciones al gobierno municipal. A raíz de esto se conformó la Asamblea de Ancasti por la Vida, que posteriormente realizó varias presentaciones en el actual Ministerio de Minería de la provincia para obtener más información, y también llevó adelante diferentes actividades para la visibilización de la problemática, entre las que podemos resaltar la organización de ferias de productores, peñas culturales, proyección de documentales en espacios públicos, charlas y debates, murales y la confección de material informativo impreso [1]. Además, la asamblea elaboró un proyecto que fue presentado en el Concejo Deliberante Municipal en mayo del 2017, donde posteriormente se sancionó la ordenanza de Área Protegida y Municipio no Tóxico, que prohíbe las actividades extractivas que contaminan los ecosistemas y pongan en peligro la salud de los habitantes. A fines del 2019, se presentó un nuevo proyecto de ordenanza ante el CDM, para que Ancasti fuera declarado Municipio Agroecológico. En aquel entonces no se obtuvieron respuestas de ningún tipo, con lo cual se volvió a realizar la presentación a fines del 2020, con idénticos resultados.
La principal cuestión que reclaman las y los vecinos es que este proyecto avanzó de manera ilegal, ya que la Audiencia Pública reglamentaria no tuvo lugar. En cambio, se organizó una reunión en Vilisman a la que fueron invitadas únicamente las autoridades y algunos funcionarios de ambos municipios, sin ser socializada la información a la comunidad en general, ni antes ni después. De hecho las y los vecinos señalan como problema central que en ningún momento fueron informados del avance de estos proyectos, y se enteraron por el movimiento de la maquinaria pesada [2].
Por otra parte, la cuestión fundamental que generó una sensación de alarma en los habitantes de Ancasti fue, y sigue siendo, las graves consecuencias que traería la instalación de estos proyectos extractivos en la zona, ya que generarían un impacto socio ambiental irreversible, provocando la contaminación del agua, la tierra y el aire, poniendo en riesgo la continuidad de la vida en la región, teniendo en cuenta que la sierra de Ancasti es una cuenca hídrica que abastece a diferentes pueblos que se encuentran en y cercanos a la sierra [3]. Podemos citar el caso de la vecina ciudad de Frías, en la provincia de Santiago del Estero, donde confluye el río que baja desde el Ancasti, y que abastece del fluido vital a la población urbana.
Se tuvo el conocimiento que otros pedimentos mineros se otorgaron en el territorio, pero estos proyectos se encuentran en estado incipiente [3]. En cuanto al proyecto “Ancasti”, perteneciente a la empresa Latin Resources (Recursos Latinos), no se han tenido grandes novedades. Sólo noticias publicadas en el diario digital El Cronista, a fines de 2020, que hablan de una asociación de esta empresa con “Integra Capital”, para avanzar con la explotación del mineral [4]. Además, recientemente se observaron movimientos de camionetas de la policía minera en la zona de exploración, lo que generó gran inquietud entre las y los vecinos, quienes decidieron realizar una presentación ante el Ministerio de Minería solicitando la nulidad de la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto, por considerar que fue otorgada de forma ilegal, sin cumplir con la reglamentación vigente que garantiza a los pobladores el acceso a la información pública y la participación ciudadana.
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