Este conflicto es el primero por minería de litio que se produce fuera de la zona conocida como el “triángulo del litio”, que abarca regiones de Argentina-Chile-Bolivia. A diferencia del resto de los conflictos por litio en Argentina, localizados en el noroeste del país, San Francisco del Monte de Oro se encuentra en la provincia de San Luis, a 100 kilómetros de la capital provincial. Tiene aproximadamente 3 mil habitantes que, tradicionalmente, desarrollaron actividades agropecuarias en un escenario casi virgen, rodeado de sierras, montes, una frondosa flora y una fauna bien diversa que incluye desde jabalíes hasta cóndores. El paisaje se completa con cinco ríos caudalosos que constituyen la reserva hídrica, que alimenta la naturaleza puntana y convirtió al sitio en un emergente destino turístico (Esteban, 2018). Se trata de una región que ya tuvo actividad minera, abandonada algunas décadas atrás.
En septiembre de 2017 la empresa Latin Resources, que posee concesiones mineras en San Luis, difundió los resultados de un mapeo geológico y muestreo de la Mina Géminis, según el cual había encontrado altas concentraciones de litio en roca. La Mina Géminis, de 12 hectáreas, se encuentra dentro del área de concesiones Don Gregorio en la Sierra Grande de San Luís, a tan solo 8 Km de la localidad de San Francisco del Monte de Oro. Ante este hallazgo, un grupo de vecinos ha expresado su oposición al proyecto. El propio Consejo Deliberante (poder legislativo municipal) de San Francisco ha expresado su rechazo a este tipo de explotación minera, pero como la Mina Géminis se encuentra fuera del ejido, la explotación igualmente podría llevarse adelante (Grupo de Estudios en Geopolítica y Bienes Naturales, 2018).
Este Concejo Deliberante aprobó en 2016 una ordenanza que establece la prohibición de la actividad minera, almacenamiento y transporte de sustancias contaminantes. Ante el anuncio de la potencial explotación de litio, vecinos de la localidad de San Francisco del Monte de Oro, y del paraje Río Juan Gómez, comenzaron a movilizarse y a solicitar informes técnicos a especialistas y científicos de la zona (Esteban, 2018). Su preocupación es que el proyecto contamine las fuentes de agua, afecte el área natural protegida y dañe el ecosistema de las sierras centrales. Además, denuncian que la empresa hizo la exploración sin los permisos correspondientes, abriendo un camino que ya generó impactos negativos. Destacan que el gobierno les niega información oficial sobre el avance del proyecto. Realizan reuniones en espacios públicos, con el fin de difundir información sobre el tema y planificar actividades, como cortes de ruta y solicitud de firmas en apoyo a un petitorio dirigido al gobernador de San Luis, para que suspenda las concesiones mineras.
La compañía afirmó haber realizado un “tratado de paz comunitaria” con los vecinos de la localidad, pero éstos lo desmienten. Como antecedente de conflicto minero, previamente la asamblea “Yo amo a mis Sierras” se había movilizado contra un proyecto minero de la empresa Olmos y Roldán, el cual fue frenado por no cumplir la legislación ambiental.
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