| El acuífero guaraní es un reservorio natural de agua dulce cuya superficie se extiende más allá de las fronteras de cuatro países: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Se dice que representa el 20% de las reservas de agua dulce del mundo. En febrero de 2012, ANCAP (la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland) otorgó a Schuepbach Energy Energy Dos contratos para exploración y explotación de hidrocarburos en las concesiones de Piedra Sola y Salto en la cuenca norte de Uruguay. Unos meses más tarde, la compañía petrolera australiana Petrel Energy compró el 25% de la energía de Schuepbach, lo que aumentó su participación a un 51% de un año después. Según Petrel, ambas concesiones tienen un potencial de explotación de petróleo no convencional (fracking). Y a pesar de la afirmación del gobierno de Uruguayan que Frailing no es parte de los planes del país para el futuro cercano, las asambleas de ciudadano local, en su mayoría Las organizaciones urbanas y ambientales, tanto en los lados argentinos como en los uruguayos, de la frontera, han iniciado una lucha contra las actividades petroleras en Piedra Sola y las concesiones de Salto. Dudan la buena voluntad del gobierno y han estado pidiendo una ley que prohíbe fracking en Uruguay y para una parada inmediata a todas las actividades de Petrel - Schuepbach en la cuenca norte. Los reservorios de petróleo y las lutitas en ambas concesiones están ubicadas bajo el acuífero guaraní y los activistas temen que las actividades de exploración puedan abrir un terreno para su explotación a través de la fracking. Según ellos, esto no solo pone al acuífero en peligro, sino que también amenaza la integridad de la cercana Dam Hydro. En 2014, los ciudadanos organizados de Concordia, Concepción del Uruguay, Chajarí, Federación y Colón en el lado argentino de la frontera detuvieron cuatro camiones que transportaban equipos para la encuesta sísmica 2D en las concesiones de Piedra Sola y Salto. La policía local los atacó supuestamente y algunos fueron arrestados. Desde entonces, los activistas locales han sido muy activos en denunciar la exploración de petróleo en tierra a través de la Unión de Asambleas de Ciudadanos (UAC) y han logrado obtener apoyo de varias asociaciones ambientales regionales y nacionales. Como respuesta a las actividades de perforación de Petrel-Schuepbach, estas asociaciones convocaron a cientos de personas que marcharon a la entrada de uno de los pozos cerca del pequeño pueblo de Tambores en agosto de 2017. y dos semanas después, se reunieron en el Ciudad de Salto para el primer Foro Regional en Defensa del Acuífero Guarán. En este momento, denunciaron el uso de productos químicos peligrosos de Petrel-Schuepbach y acusaron a la Oficina Ambiental de Uruguay (DINAMA) de autorizar las actividades de perforación sin realizar procedimientos auditivos adecuados. La legislación uruguaya no requiere una evaluación exhaustiva de impacto ambiental para que se realicen las actividades exploratorias. No obstante, el informe ambiental publicado por el concesionario y ANCAP menciona afectaciones potenciales a las aguas subterráneas, incluido el acuífero guaraní. Los participantes también acordaron difundir aún más sus preocupaciones, fortalecer sus acciones y aumentar la presión sobre las autoridades a ambos lados de la frontera. Después de un acuerdo de 2010 firmado por todos los países que comparten el acuífero guaraní, donde se comprometieron a utilizar el recurso de una manera sostenible y para comunicar cualquier información relevante con respecto a las actividades que puedan comprometerla, las asociaciones presentes en el Foro solicitaron al gobierno argentino que Interce con la contraparte uruguaya. Hasta ahora, la conciencia local y nacional mencionada por estos grupos ha brillado una cadena de prohibiciones en fracking por los municipios locales en el lado argentino de la frontera. La provincia de Entre Ríos también ha sancionado una ley que prohíbe la explotación poco convencional de petróleo y gas. El gobierno uruguayo también ha aceptado una moratoria en fracking, aunque los activistas no están dispuestos a aceptar nada menos que una prohibición del procedimiento. Y |