Actualmente se plantea explorar el proyecto de Litio Falchani y el Proyecto de Uranio Macusani en Carabaya (Puno). La presencia de uranio en la localidad de Carabaya había sido determinada desde antes de 1980 por el Instituto Peruano de Energía Nuclear. Las empresas canadienses Vena Resources y Frontier Pacific obtienen los permisos de exploración de uranio sobre 30,000 ha a 4,500 m de altura. Estas fueron adquiridas por Global Gold que en 2017 descubre también litio y cambia su nombre a Macusani Yellowcake. Sin embargo, estos recursos fueron hallados en “actividades exploratorias que no contaban con ninguna certificación ambiental y tampoco se sometieron a un proceso de consulta previa” [1]. Luego, en mayo de 2021, la empresa canadiense American Lithium adquirió a Plateau Energy Metals, dueña de Macusani Yellowcake, convirtiéndola en su subsidiaria [2]. Macusani Yellowcake recibió dos sanciones administrativas por 2 millones de soles en el 2019 por parte del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) por realizar actividades de exploración sin contar con las respectivas autorizaciones [3]. Además de estas multas, la empresa enfrenta un proceso en Canadá desde mayo del 2021 ante la Ontario Securities Commission (Comisión de Valores de Ontario) por no divulgar en el tiempo requerido a sus inversores el litigio que sostiene con el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) sobre el título de 32 de sus 151 concesiones mineras. El proyecto de Litio Falchani y el proyecto de Uranio Macusani se enmarcan dentro de estas 151 concesiones. American Lithium afirma que ahora que Plateau es su subsidiaria tiene la intención de continuar defendiendo los alegatos en el proceso administrativo [4]. Los yacimientos de litio encontrados serían los más grandes del mundo pero al estar en presencia de uranio, se requiere de una legislación especial que el Perú aún no tiene y de una profunda evaluación de los riesgos. Pese a estas sanciones administrativas, al proceso en Canadá, y a la falta de un proceso de consulta previa, libre e informada con las comunidades indïgenas de la zona, el congreso de la República del Perú aprobó el 15 de julio del 2021 la ley Nº 31283 que declara de necesidad pública e interés nacional y recurso estratégico la exploración, explotación e industrialización del litio y de sus derivados [5]. El litio tiene actualmente una cotización elevada por la alta demanda en la industria de las energías llamadas “limpias o verdes”. Ex-viceministro de Minas de Perú: “el litio, así como el cobre, son metales del futuro” El litio es considerado como uno de los metales críticos necesarios para la transición energética de combustibles fósiles a energías renovables para reducir las emisiones de CO2 y así luchar contra el cambio climático. Tecnologías necesarias para la transición energética como las baterías de litio para los carros eléctricos, y el almacenamientos de energía producidas en centrales eléctricas, requieren de litio para su fabricación. El gobierno peruano, la cámara industrial de minería y el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERG), utilizan el discurso de la transición energética con el fin de promover la extracción de metales y minerales en ecosistemas frágiles. El gobierno, por ejemplo, resalta el papel del país en la fabricación de carros eléctricos: “el litio, así como el cobre, son metales del futuro porque forman parte de la demanda para los nuevos productos que se fabricarán a nivel mundial, como los autos eléctricos y las baterías” [7]. American Lithium: “pionero en el campo de los metales de energía verde” Respaldada por el gobierno, American Lithium utiliza a su favor este discurso igualmente para promocionar su proyecto Falchani entre sus inversionistas. En espacios minero corporativos American LIthium refuerza la idea de que la empresa se encuentra en una posición ideal para capitalizar la demanda del litio al ser un proyecto que podrá aportar a proyectos de descarbonización y de carros eléctricos en el futuro [8]. Asimismo, promociona a Macusani como un proyecto de uranio que contribuirá a “satisfacer la necesidad mundial de energía verde, limpia y eficiente” [9]. La empresa ha aprovechado esto para caracterizar su trabajo en el Perú en el rubro de la minería del litio y de uranio de “pionero en el campo de los metales de energía verde” con el fin de argumentar que esto “ayudará a fortalecer el estatus del país como una jurisdicción minera de primera categoría” [10]. Como se podrá observar en la siguiente sección, pese a estos discursos gubernamentales y corporativos, las comunidades de Carabaya denuncian a la empresa de no aplicar la consulta previa, libre e informada, de riesgos a su salud, a su paisaje natural y cultural. Daños culturales Ya en el año 2008, el World Monuments Fund señalaron la presencia de 100 sitios de pinturas rupestres y petroglifos de más de 5000 años de antigüedad declarados por el Ministerio de Cultura como patrimonio cultural (“paisaje cultural arqueológico”). Como dice DHUMA, además de litio y uranio, existen otros recursos en los distritos de Macusani y Corani: “sitios de arte rupestre de diferentes épocas de la humanidad” que de ser construidos estos proyectos mineros serían destruidos. Además de sitios rupestres, existen en el lugar sitios arqueológicos. Sin embargo, como puntualiza DHUMA, no todos son reconocidos por el Ministerio de Cultura de Perú como “paisaje cultural arqueológico” [11]. Asimismo a la conservación de sitios culturales se suman patrimonios naturales como la ciudad Gótica y la Campana de Piedra [11]. Como dice DHUMA, “mientras existan intereses transnacionales y nacionales, los valores patrimoniales naturales y culturales de Macusani y Corani están abandonados lejos de ser conservados para ser un atractivo turístico” [11]. Concesión en glaciares en plena emergencia climática [22] Consultado en la página del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET), la provincia de Carabaya cuenta con 69 concesiones mineras con el titular de la razón social Global Gold; a ello se suman 12 concesiones situadas entre los territorios de Carabaya y Canchis (Cusco); 03 concesiones Carabaya y Melgar, 01 concesión entre Carabaya y San Antón, 01 entre Carabaya, Melgar y Canchis. Asimismo, con el nombre Macusani Yellowcake, en Carabaya se tiene 47 concesiones, y 02 concesiones entre Carabaya y Melgar. Y como Lithium Energy Perú, 02 concesiones entre Carabaya y Canchis [22]. De acuerdo a la revisión de los mapas de Google Earth y el sistema de web del Ingemmet, las 167 cuadrículas de concesiones mineras se sitúan alrededor y sobre a la nevada Quelccaya. Por ejemplo, la concesión minera con código N° 010148007, con el nombre COLIBRI XXXIX, de 900 hectáreas, de la titularidad de Globald Gold, hoy Macusani Yellowcake, se encuentra sobrepuesta en centro de la nevada en mención. La nevada Quelccaya es el glaciar tropical más grande del mundo, se ubica al sureste del Perú, a más de 5600 msnm y se asienta en la cordillera Vilcanota. Tiene una longitud que supera los 17 km, una superficie de 44 km² y una capa de hielo de 200 m de espesor [3]. Desde 1974 es considerado como un ‘termómetro’ mundial, que mide las consecuencias del calentamiento global, que está a cargo del científico Lonnie Thompson [4], investigador principal del Centro de Investigación Polar y Climática Byrd del Estado de Ohio, Estados Unidos. Las aguas de la nevada Quelccaya contribuyen a la formación de ríos, lagunas, riachuelos; abasteciendo de agua dulce a los pobladores que habitan alrededor de la nevada y a toda la biodiversidad de la zona. Asimismo, es fuente de recurso hídrico del río Vilcanota, el cual provee más del 50% del agua potable para la región cusqueña, y como fuente de energía hidroeléctrica para Puno, Cusco y Apurímac en épocas de estiaje. También es fuente de agua del río Amazonas [6]. Modos de vida afectados Las minas se ubican en un paisaje natural habitado por comunidades indígenas que viven de la crianza de camélidos de alta calidad genética y de la agricultura, una zona cobijada por los ríos cuenca de los ríos Marcapata, Macusani, Inambari y Phinaya. Por estas razones, las comunidades locales y organizaciones locales han manifestado su inquietud frente a las exploraciones y rechazando el daño al daño ambiental y cultural que estos proyectos de litio y uranio podrían acarrear en sus territorios, plantas, animales y, por consiguiente, modos de vida: desde contaminación de sus cuencas hasta enfermedades causadas por el mal manejo de la exploración del uranio. Contexto ambiental y de salud de la región Puno, donde se explotará el litio y uranio Son considerados pasivos ambientales aquellas instalaciones, efluentes, emisiones, restos o depósitos de residuos producidos por operaciones mineras, en la actualidad abandonadas o inactivas, y que constituyen un riesgo permanente y potencial para la salud de la población, el ecosistema circundante y la propiedad según Ley N° 28271 [1]. A partir de la actualización de PAM del gobierno y el seguimiento de DHUMA se identificaron 915 PAM en la región Puno según la R.M N° 200-2021-MINEM/DM que aprueba la actualización del Inventario Inicial de Pasivos Ambientales Mineros aprobados mediante R.M N° 290-2006-MEM/DM [13]. De la actualización de DHUMA se tienen los siguientes datos: 1) de los 915 PAM en la región Puno, solo identificaron los generadores de 72, 2) solo 292 tienen responsable para su tratamiento mientras que 623 aún no fueron contemplados, 3) solo 180 cuentan con estudios ambientales para su tratamiento, cierre y/o remediación, mientras que 735 aún no cuentan con instrumentos ambientales. Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA) los pasivos ambientales mineros que afectan la calidad del agua son las bocaminas con drenajes de aguas ácidas, los desmontes cuya superficie expuesta a la lluvia genera drenaje de aguas ácidas y cuyos caudales dependen del periodo de lluvias (enero-marzo); también, las relaveras abandonadas, que son erosionadas durante el periodo de lluvias y cuyo material (relave) es transportado hacia los cuerpos de agua aledaños [14]. Según el seguimiento realizado a la actualización de PAM por DHUMA se identificó que existen entre bocaminas, desmontes y relaves un total de 597 PAM dentro de estos subtipos. Además, la ANA menciona que los descensos en el pH del agua hacen a esta más corrosiva, además la solubilidad de muchos metales pesados aumenta haciendo las aguas tóxicas, y el ecosistema fluvial se degrada, hasta ser incapaz de mantener vida acuática. Además, el estudio de priorización de cuencas para la gestión de los recursos hídricos en el Perú de la Autoridad Nacional del Agua (2016) [15] muestra que: las cuencas identificadas como “de prioridad alta” por los altos porcentajes de contaminación, escasez de agua, conflictos sociales, y afectación económica son las cuencas: 1) Coata, 2) Huancané, 3) Ilave, y “de prioridad media” la: 4) cuenca Suches, 5) cuenca Azángaro, 6) cuenca Illpa, 7) cuenca Pucará, 8) cuenca Callacame y 9) Intercuenca Ramis [3]. Por lo tanto, la cuenca Coata es una de las tres cuencas catalogada como de prioridad alta, por los altos porcentajes de contaminación, escasez de agua, conflictos sociales y afectación económica. Por lo anterior, se puede concluir que, nueve (09) cuencas de las trece (13) que conforman la vertiente del Titicaca, se encuentran catalogadas como de prioridad alta o prioridad media, por los valores elevados de contaminación, conflictos sociales, escasez de agua y afectación económica identificados. Por último, es importante resaltar que la región Puno registra siete conflictos socioambientales según la Defensoría del Pueblo [17]. Aunado a lo anterior, se tienen las exigencias de las poblaciones afectadas por contaminación para que el gobierno realice dosajes para determinar la presencia de metales pesados en el cuerpo humano. Sobre esto último, es preocupante evidenciar que mientras más estudios para determinar la presencia de metales pesados en cuerpo humano se realizan en la región Puno, más clara es la evidente presencia de metales pesados en el cuerpo de personas [18][19]. Pese a estas preocupaciones y a la incertidumbre que rodea estos proyectos, la empresa en su intento por impulsar los proyectos y lograr la aceptación social de la población local, ha comenzado con las ofertas de trabajo en las comunidades [20] y ha utilizado una falacia muy utilizada por el sector minería, la presencia natural de minerales en la tierra que nunca ha causado daño a la población, y que por ende, el litio extraído no les producirá cáncer. Ulises Solís, gerente general de Macusani Yellowcake, ha dicho que: “En Macusani hay radioactividad pero de forma natural. Se encuentra en las chozas y en los cultivos. Los comuneros conviven con eso desde hace siglos. Lo curioso es que no hay un solo enfermo con cáncer” [21]. Por lo anterior, es evidente que el sistema de vigilancia y protección ambiental, además del sistema de salud implementado por el gobierno peruano, no es eficiente ni adecuado para controlar, vigilar, mitigar y exigir la remediación de los daños causados por la minería en la región Puno, sin un plan de atención de salud para personas expuestas a metales pesados; y bajo este caótico contexto de vulnerabilidad se piensa iniciar una actividad minera con impactos ambientales y a la salud aún más difíciles de controlar y remediar. (See less) |