Durante los más de cincuenta años, que han estado en el territorio colombiano, la compañía ha destruido una parte considerable de la zona tropical de la selva tropical en la parte baja de Calima en el departamento de Valle del Cauca (la región biogeográfica de Choco) y los Andes. En 2009, miembro de Censat, amigos de la Tierra, Colombia, Diego Alejandro Cardona, describió el problema en una entrevista con Radio Mundo Real: "En términos de silvicultura, los árboles plantados (Pine, Eucalyptus) ocupan 250 mil hectáreas y se encuentran. En las regiones estratégicas debido a sus recursos hídricos ... Esto está causando la apropiación de los territorios en las fuentes de varios acueductos comunitarios del país, que afectan a la soberanía del agua y restringen el acceso al agua para las comunidades nativas, rurales y también urbanas de varias regiones de la país. Otros monocultivos para producir biocombustibles, como el aceite de palma, han causado graves conflictos en las poblaciones afrocolombianas, violando los derechos humanos y ambientales y destruyen los ecosistemas ". Cardona también señaló que desde la década de 1970, cuando las plantaciones de monocultivo de árboles comenzaron a aparecer, las personas indígenas, negras y campesinas comenzaron a llevar a cabo una fuerte resistencia. "La gente comenzó a vender o alquilar sus tierras y cuando eso sucede, solo hay árboles, y no los niños que van a la escuela, el transporte público o la dinámica social como los mercados", dijo el activista colombiano. Una de las principales empresas multinacionales forestales en Colombia es el grupo de Kappa Kappa Holandés-irlandés, a través de su filial "Cartón de Colombia". |